Hace unos días fuimos a Hanan, un restaurante etíope! Sí, le tenía muchísimas ganas desde hace unos meses porque mi querido César de Tragaldabas Profesionales me lo había recomendado un montón. Hanan está ubicado en Madrid cerca de Plaza España, y es hermano pequeño de Nuria, el primer restaurante que abrió la familia. Un detalle a remarcar es lo encantadores que son todos.
Al entrar tienes que bajar unas escaleritas, y ya solo con hacer el recorrido de la entrada a la mesa te sorprendes al ver la decoración tan distinta a lo que se suele ver en la ciudad de Madrid. Sobre la imagen del sitio no puedo decir mucho, creo que deberían darle más importancia a la identidad y unificar la imagen del cartel de fuera con las cartas y el sitio web. Yo sé que no es lo más importante cuando hablo de comida pero es que yo me fijo en todo y siento que sería positivo si le diesen un poco de cuidado a estos detalles.
Por supuesto que para beber pedimos un vino de miel que preparan ellos de manera artesanal, se llama Tej. A mi en lo personal me encantó, es fuerte y dulce. Te lo tienes que tomar directamente de unas jarritas de cristal. Se dice que ésta fue la primera bebida alcohólica que tomó el hombre y de hecho un dato muy curioso que encontré en su página web es que en la antigüedad las parejas recién casadas solían tomar este vino hecho de miel para tener hijos varones. Y de ahí viene el nombre de lo que hoy en día llamamos «luna de miel». Es súper curioso, ¿no?
Para comer pedimos un menú degustación que viene con un entrante a escoger y un montón de comida. De entrante escogimos unas Sanbussas, había tres de lentejas y tres de ternera, súper ricas y jugosas. Vienen con una salsa picante para mojar que me encantó, de hecho me la guardé para echársela al plato fuerte, ¡obvio, como buena mexicana! Y si no te gusta el picante no pasa nada, puedes comerlas sin salsa.
El plato fuerte te lo traen en una bandeja dentro de una cesta gigante, la tapa de la cesta me recordó un poco a los sombreros mexicanos de esos típicos que traen los turistas cuando visitan México. La chica que nos atendió nos explicó un poco lo que era cada cosa. Por cierto, también te avisa si alguna de las cosas son picantes para no te lleves una sorpresa. Había lentejas picantes que estaban buenísimas, el cordero también increíble, había pollo con una salsita estupenda, verduras y ternera. Personalmente me hubiera gustado la comida un poco más caliente pero prometo que está: ¡buenísima!
Junto con la comida te ponen pan típico con el que te ayudas a comer ya que es tradición hacerlo con las manos. ¡Uy, con lo que a mi me gusta! Este pan se llama injera, es muy parecido a los crepes pero lo hacen con harina de un cereal etíope apto para celiacos. Es acidito y tiene una textura esponjosa y fresca.
Me gustó mucho la comida, muchos sabores nuevos, distintos y muy ricos. ¡Toda una experiencia!
Como es típico en mi, de postre no pedimos nada y nos fuimos directo a tomar un gin a una terracita en Malasaña. No podíamos dejar de aprovechar el solecito que nos ofreció Madrid aquel día. Sí que volveré, ya sea a Hanan o a Nuria para probar platos sueltos de la carta y a tomarme un café porque hacen una ceremonia especial y me quedé con las ganas.
Comida: etíope
Precio: 46 euros (con menú degustación para dos personas y dos bebidas típicas)
Enfoque: Informal
Ubicación: Calle de Ventura Rodríguez 3 | Madrid